Bocata de calamares en la Plaza Mayor, torrijas por Semana Santa, callos… todos son platos típicos de Madrid pero si con uno nos tuviesemos que quedar ese sería con su Cocido Madrileño. La Bola, La Daniela, Charolés, Cruz de Vallecas o Malacatín aparecen en toda guia ‘typical Spanish’ como sitio de culto del buen cocido. Nos acercamos a este último para probarlo.

Reconozco que me dejo ver por Malacatín bastante a menudo. Lo he visititado en mi etapa de estudiante con añoranza de comida casera, con amantes de la buena mesa e incluso sólo en un afán de matar la morriña garbanzera.

Malacatin, es una taberna fundada en 1895, situada en la calle Ruda, en la castiza plaza del Cascorro. Es imprescindible reservar ya que el local es mas bien pequeño. Nada más entrar nos da la bienvenida una barra donde es posible tomar un buen vermouth casero acompañado por degustaciones de la casa: callos, cocido, morcilla de León con huevo o la pringá de la casa… todas ellas a 5 euros. Cuadros y recortes taurinos decoran las paredes del comedor.

Como buen madrileño, el cocido viene presentado en tres vuelcos: sopa, garbanzos y compañía y carnes. Como dicta Malacatín en su carta comenzamos nuestra comida con “la rabia de la piparra al vinagre”, aceitunas aliñadas, pepinillos, guindillas y cebolletas que acompañamos a los primeros tragos de un Rioja Beronia crianza 2007.

En sopera viene presentada “la contundente sopa de fideos”. Poco grasa, en su punto de sal, de potente sabor y con fideo medio. Cucharada a cucharada cayeron dos platos.

El servicio nos recomienda dejar la sopera para mojar el siguiente vuelco (aunque yo prefiero el garbanzo seco): “la gracia del garbanzo de Castilla, la seria patata cocida, la merced del repollo, la pringada del tocino de veta”. Lo acompañamos con tomate tamizado y unas gotas de aceite de oliva virgen extra.

Seguimos con el tercer vuelco, las carnes que la casa presenta como “bizarro chorizo de León, extrema morcilla asturiana, rancio codillo ibérico, valiente gallina pelada al puchero, textura de los jugosos morcillos y tentadoras manitas de cerdo”. El codillo estaba sabrosísimo, en su punto de sal, al igual que la morcilla y las manitas.

Si todavía hay sitio para el postre hay algunas creaciones caseras como las natillas o el flan. Nosotros pasamos directamente al café. Lo acompañamos de una copa de pacharán, buen digestivo para una comida tan copioso.

Por cierto, para disfrutar de esta comida Malacatín recomienda ponerse babero. Este cocido sale por 19 euros/personas con la bebida aparte. Malacatin es una buena fóma de degustar uno de los platos más castizos de Madrid. Si vas, acabarás repitiendo. El cocido madrileño engancha.

Restaurante: Malacatín

Dirección: c/ Ruda, 5 (Madrid)

Contacto: 91.3655241

Nota: 7/10

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